Como alguno ha definido el partido que la Selección Española enfrentará hoy ante Italia, “estamos ante unos octavos de final”. Independientemente de lo que suceda en el encuentro previo y que los nuestros estén clasificados de antemano previo a jugar el choque, es un partido a vida o muerte. Entre otras razones porque Italia es un aspirante al podio, a lo máximo, a pesar de sus últimas dos derrotas, y eso daría al aficionado español una sensación de afrontar los cuartos de final con la máxima garantía de competitividad.
Ante Finlandia se probaron cosas diferentes. Se tuvo a Germán Gabriel junto a Marc Gasol, mostrando así un cuatro más interior que lo que habitualmente hemos visto. Me gusta el concepto y creo que se le puede sacar mucho jugo. Y se volvió a las mismas armas de robar, de correr y de anotar tiros exteriores como hizo José Manuel Calderón. Ahora nos queda esperar y ser esperanzadores. Que a partidos igualados, esos en los que no podemos correr, no tengamos que permitir 26 y 27 puntos en el último cuarto, como hicimos en las dos derrotas frente a Eslovenia y Grecia. Que vuelva a ser el sello identificativo para cuando se nos obnubilen las ideas en ataque, que pasa hasta en las mejores familias.
Hemos visto defectos y aquí los hemos contado. Que tras su análisis, tenga su medicación y de resultados. A ellos nos debemos y con ellos mejoraremos. ¡Vamos, España!